

Tener la voluntad para enfrentar el duelo de tu compañero peludo es una decisión valiente. Se requiere mucho compromiso y fuerza de voluntad para dejar de lado todas esas creencias limitantes que has hecho tuyas y que te hicieron creer que este duelo no es válido y que hay que dar vuelta rápido la página y seguir con la vida como si nada.
Hoy es el momento para dejar eso atrás y DESCUBRIR LA HUELLA DE AMOR que tu peludo dejó en ti.
¡Ya no estás sola!
Yo te acompaño.
Yo también perdí a mi alma gemela
Desde que estudiaba en la Universidad, sí, años luz... lo sé, siempre tuve un impulso a estudiar temas relacionados con el duelo, probablemente porque había perdido a alguien muy querido de pequeña y buscaba desesperadamente respuestas. Había leído a los grandes gurú del tema, como la Dra Kübler Ross, sabía de sus etapas, creía entenderlas desde la teoría, pero la verdad es que no era así.
Y solo supe lo que verdaderamente significaban cuando pasé por el dolor más grande que he vivido en mi vida. La pérdida de Bali, mi peludo, mi alma gemela, mi hijo y mi confidente.
Fue solo ahí que pude sentir, odiar y pelear con cada una de las etapas del duelo y todo el proceso en sí mismo.
Cuando perdí a Bali, me di cuenta de que me había roto, que se me había desgarrado el alma, y si soy sincera, pensé que nunca más iba a poder sonreír, porque en un instante mi vida quedó en blanco y negro y jamás pensé podría ser feliz de nuevo.

En ese momento, yo sentía:
Que todo había perdido sentido.
Que no quería ni podía ver felicidad a mi alrededor.
Que tenía un vacío imposible de llenar.
Que me estaba volviendo loca.
Que nadie me entendía de verdad, que estaba totalmente sola.
Hasta que me decidí a trabajar en mí y en mi duelo, y la verdad, solo lo hice porque en los últimos momentos de Bali, cuando le dije que estaba bien partir, también le dije que no se preocupara, que yo iba a estar bien y le prometí que iba a hacer todo para estar bien.
Y así fue como, día a día, y con ayuda terapéutica, empecé a juntar todas las piezas de mi corazón y de mi alma, a pegarlas, pero sobre todo a reconstruirlas. Y en ese proceso pude entender cómo detrás de ese tremendo dolor se escondía el regalo que él me había dejado: sus enseñanzas. Y por sobre todo, descubrí la huella que él dejó en mí y eso me permitió lograr lo que creía imposible: que el amor le ganara al dolor.
Yo ya no soy la misma de antes, es imposible, pero hoy soy una nueva yo, una que está disfrutando la vida tal y como Bali me enseñó.
Desde ese día mi vida cambió, y me he enfocado en seguir su legado y en hacer que cada día cuente y en poder acompañar a otras personas a que descubran esa huella en ellos también.


Así nació este espacio y Tu Huella de Amor
Un espacio para acompañarte en este camino, para que puedas comenzar a recordar a tu peludo desde la gratitud y el amor y no solo desde el dolor.
Un camino hacia el encontrar esa paz que tanto buscas.

Y Ellos...
Ellos son mi todo, mis maestros, mi luz,
quienes me inspiran día a día y quienes están detrás de este proyecto
Les presento a Bali, quien me convirtió por primera vez en mamá. Tuve la fortuna de tenerlo a mi lado por 1 año y 3 meses, puede sonar poco, y lo fue, pero es mucho si me imagino una vida en la que él nunca hubiese existido.
Y ella es Lupe, la hija menor, y que ha sido un bálsamo en mi vida. Su llegada fue dura, la recibí muy enferma, pero me enseñó de lo que es la fuerza y las ganas de vivir y desde ese momento nos hemos hecho las mejores compañeras.
